Narración hipertextual
Se denomina hiperficción o narración
hipertextual a las
narraciones escritas mediante hipertexto, es decir,
compuestas por un conjunto de fragmentos de texto (que
algunos llaman lexías)
relacionados entre sí por enlaces. Se caracterizan por no tener un único camino
establecido por el autor, sino que deja al lector la capacidad de elegir su
camino entre varios posibles. En ocasiones no tiene ni siquiera un principio
establecido. Casi nunca tiene final. Las versiones más extremas permiten al
lector modificar la obra, o bien directamente, o bien colaborando con el autor
original.
La narración hipertextual es el término con el que se
sustituye el concepto de hiperficción nacido del término de literatura
electrónica entendida “como la escritura ficcional no secuencial que se
ramifica y ofrece opciones al lector y destinada, en particular, a ser leída en
la pantalla de un ordenador, una pantalla interactiva”.
Literatura electrónica y cultura electrónica
Teniendo presente que la cultura electrónica o
cibercultura “es el conjunto de técnicas, de maneras de hacer, de maneras de
ser, de valores, de representaciones que están relacionadas con la extensión
del ciberespacio…” [1], y que la
literatura electrónica o relato digital es la conocida ficción hipertextual,
sometida a una redefinición sobre la base del poder y de las oportunidades que
le confieren la implantación y desarrollo de las nuevas tecnologías de la
escritura, se puede entonces hallar la diferencia entre la literatura
electrónica y la cultura electrónica, la cual radica en que la primera más que
un dispositivo técnico, más que una forma y un contenido especifico, más que un
nuevo contexto institucional, más que la experiencia extrema de proximidad, de
inmersión, de interactividad, etc., que genera, seria, por el contrario, el
conjunto total de todos estos elementos interrelacionadamente cambiantes
denominados forma cultural.
Desde la perspectiva de los estudios culturales
contemporáneos aplicados a la literatura electrónica y/o a la cultura
electrónica no es un cuestión de nuevos formatos, de nuevos modos de producción
de nuevos tipos de público, de un cambio de maquinas, si no una cuestión de
cambio global de un sistema de elementos interrelacionados con otros (de una
forma cultural por otras). De esta forma la transición de la escritura y
lectura no electrónicas a lo electrónico se aborda en términos culturales
globales: las nuevas formas culturales nacen del surgimiento de los nuevos medios electrónicos de comunicación social,
pero, como formas culturales, abarcan esos medios y no se restringen a ellos.
De allí nace el escrilector, es alguien
que requiere de una inteligencia colectiva ya que lee y a la vez produce sus
propios textos en forma casi simultánea con su recepción.
Teoría de la recepción
La teoría de la recepción
propone una concepción de la lectura que recupera al lector como agente activo
en la comunicación literaria y suscita una reflexión necesaria a la figura del
autor. La obra se recompone en una multiplicidad de voces y circula ofreciendo
infinitas posibilidades de interpretación de modo que la noción tradicional de
autor como único regulador en la creación y significados queda de construido.
La identidad de autoría se desdibuja y el texto deja de identificarse con su
autor. El hipertexto permite superar la jerarquía de lo impreso. Es un sistema
abierto que permite desplazar la responsabilidad de decisión al destinatario y
así construir sus propios caminos de lectura saltando de lexía en lexía según
sus intereses en una acción indefinida sin principio y sin final, los cuales se
crean en cada lectura de acuerdo a los recorridos que elija el lector.
Plan de lectura digital
Mayor actividad cognitiva al
poder durante el proceso de lectura acceder a la manipulación activa de los
textos, a su uso y activación a partir de la existencia de enlaces
hipertextuales que el texto impreso no le ofrece.
Mayor interacción y
“libertad” (dentro de los limites contextuales de la exploración
predeterminados por los diseñadores.
Tendencia participativa y
liberadora que debe impedir que las grandes empresas conviertan a la red en una
prolongación del mercado.
La cibercultura
Como
Cultura "... ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias,
el arte, la moral, el derecho, la costumbre y cualesquiera otros hábitos y
capacidades adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad". Como
Cibercultura "... el conjunto de técnicas, de maneras de hacer, de maneras
de ser, de valores, de representaciones que están relacionadas con la extensión
del Ciberespacio..." (Lévy Pierre "Ciberespai i Cibercultura"
Artículo presentado en la
Universitat Oberta de Catalunya. 1999).
La
existencia del hipertexto en el ámbito de la Literatura , el rol de
los escrilectores, y como marco el concepto de Cibercultura, permite movilizar
los tradicionales conceptos de la teoría literaria, el análisis de texto, de
sus criterios, de sus elementos, planteando una forma de cómo se enseña la
Literatura en nuestros días.
La
mayoría de personas utilizan el Ciberespacio meramente como un espacio de
comunicación a la vez que como una herramienta para esta comunicación. Este
grupo de personas, me atrevería a decir que son la mayoría, no comulgan con
ningún tipo de distinción o separación respecto a su ámbito cultural concreto
en el momento en que navegan por el Ciberespacio. Existe una convivencia
entre sus hábitos culturales y los que imponen de alguna manera Internet. La
otra tipología sería la de los que su estilo de vida viene marcado por
Internet. A estas personas, que se las puede clasificar claramente como grupo.
Tienen como principales precursores a determinados medios de comunicación,
tanto dentro como fuera del Ciberespacio, que los aglutinan y cohesionan. El
ejemplo más claro de ello lo tenemos en la revista Wired[16],
revista editada en San Francisco. Son sus principales ideólogos el ya fallecido
profesor Marshall McLuhan y el "gurú" del Ciberespacio Nicholas
Negroponte, a la vez que habitual colaborador. Esta revista encarna y dirige el
proceso de creación y generación de una cibercultura.
Centrándonos
pues en este segundo grupo de personas podemos decir que dentro del
Ciberespacio existen suficientes características como para poder afirmar que
estamos delante de un proceso de creación de una nueva cultura. Sin embargo,
esto no llega a cumplirse, si entendemos como nueva cultura una de
características únicas y claramente diferenciadas de cualquier otra ya
existente, ya que al analizar los valores centrales de esta supuesta nueva
cultura, nos encontramos que es la réplica de la anteriormente mencionada Ideología
Californiana. Esta ideología nacida en los Estados Unidos de América,
reproduce muchas de las propias características de la cultura norteamericana.
Exagerando y incidiendo mucho más en algunos puntos clave y característicos de
esta.
Estamos
seguramente en un momento clave para reorientar este proceso y hacer que todas
las culturas, como tales, tenga su presencia en el Ciberespacio, sin tener que
renunciar a valores básicos de ella. Ninguna cultura puede imponer criterios o
restricciones a otra por minoritaria que esta sea. El Ciberespacio tiene que
ser un espacio abierto a todas y cada una de las culturas del mundo,
aprovechando así toda la energía que ellas transmiten. Hemos de rechazar el
concepto de cibercultura si detrás de el se escudan criterios y postulados
unidireccionales y excluyentes. Quizá a partir de ahora tendríamos que
empezar a hablar de Ciberculturas en plural. Estaremos, entonces, delante de un
verdadero espacio abierto a todo el MUNDO.
FREIRÉ: “la
discusión del texto realizada por sujetos lectores aclara, ilumina y crea la
comprensión grupal de lo leído"
El énfasis, si ha de
producirse el encuentro, no puede recaer ya en la repetición de lo que el texto
dice (o sea, sin juicio), sino en cómo se incorpora la lectura en el trayecto
que el educando, como individuo, ha seguido; es decir, en qué manera el texto
ha modificado cómo era. Y se puede describir en la forma de un trayecto que,
por ser individual, difiere en mayor o menor medida del de los demás educandos.
El encuentro, como señalaba Freire, es un paso más en ese trayecto que se
inició con la lectura, pero que ahora aparece contrastado con otras
experiencias, con otros modos de pronunciar el mundo. El hipertexto predispone
para que la lectura de una serie de textos sobre un mismo tema se haga a través
de caminos diferentes, que por sí mismos autocontextualizan de modos diversos
lo leído y que, consecuentemente, predisponen a variados matices en la
comprensión de lo leído, que sólo en el diálogo en grupo puede llegar a
producir el fruto deseado de repensar lo propio al pensar sobre las
perspectivas de los otros.
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